Adquirir nuevo conocimiento implica trabajo por parte de tus usuarios, quienes, además de invertir horas de estudio, realizan un importante esfuerzo cognitivo para obtener, analizar y apropiarse de la información que les brindas en tus cursos en línea.
Procesar nuevo conocimiento no es tarea sencilla y muchas veces conlleva, para quien estudia, cansancio y agotamiento mental que si no es tomado en cuenta terminará por ocasionar que tus usuarios no concluyan con éxito sus estudios. Para ayudarte a que esto no ocurra, en este artículo te vamos a platicar sobre la carga cognitiva y sobre cómo ayudar a tus usuarios para evitar que se saturen de información.
Qué es la carga cognitiva y por qué debes tomarla en cuenta
Saber cómo funciona nuestro cerebro es de gran ayuda al momento de planear actividades de aprendizaje y diseñar materiales didácticos para tus cursos en línea. Pensando en ello, lo primero que debes tener en cuenta es que nuestro cerebro es el encargado de procesar toda la información que recibimos a través de todos los estímulos con los que estamos en contacto.
De acuerdo con la psicología cognitiva, nuestro cerebro está compuesto por dos tipos de memoria que se conjugan para que podamos echar mano de todo el aprendizaje con el que contamos y al mismo tiempo crear nuevo aprendizaje. Se trata de la memoria de largo plazo y la memoria de trabajo.
La memoria de largo plazo está compuesta por toda la información de la que nos hemos apropiado a lo largo de toda nuestra experiencia de vida y se encuentra de forma estructurada y almacenada para que podamos usarla cuando la necesitemos.
En tanto, la memoria de trabajo se trata de un mecanismo que ejercitamos mientras estamos frente a información nueva y que nos permite retenerla por algunos segundos con el propósito de interpretarla, vincularla con otra información que ya tenemos almacenada y, en caso de que resulte relevante, llevar este nuevo aprendizaje, la memoria de largo plazo e incorporarlo a nuestro acervo de conocimientos.
Realizar este proceso implica enfrentar lo que se conoce como carga cognitiva que, en otras palabras, se trata del esfuerzo que realiza nuestra memoria de trabajo para retener y vincular la información nueva cuando nos encontramos con ella.
Al tratarse de una memoria temporal, nuestra memoria de trabajo tiene una capacidad limitada, esto quiere decir que solo puede procesar cierta cantidad de información a la vez y que si se enfrenta a más estímulos de los que puede procesar terminará por fatigarse y se verá obligada a ignorar algunos de ellos.
La cantidad de estímulos e información con los que puede trabajar nuestra memoria de trabajo dependerá de diversos factores, desde la experiencia con la que cuenta cada uno de nosotros frente determinados temas, hasta la edad y contextos de aprendizaje.
No obstante, en cualquier caso nuestro cerebro se enfrenta a tres tipos de cargas cognitivas, es decir, nuestra memoria de trabajo deberá realizar tres tipos de esfuerzos distintos, para procesar nueva información al momento de aprender un nuevo tema:
La complejidad intrínseca es inevitable, mientras que la ajena debe ser reducida al máximo y la relevante debe ser empleada para aligerar el trabajo de nuestro cerebro.
Cómo reducir la carga cognitiva en tus cursos en línea
Conocer la necesidades, contextos de uso y experiencia de tus usuarios te ayudará a tomar una mejor decisión de diseño que te permitirá crear materiales didácticos que le faciliten el proceso de aprendizaje a tus usuarios.
Además, puedes poner en práctica los siguientes consejos para ayudar a tus usuarios y procurar que los esfuerzos cognitivos que realicen sean eficientes y enfoquen sus energías en sacar el máximo provecho de tus cursos.
¿Tienes alguna otra idea para aligerar la carga cognitiva de tus usuarios? ¡Compártela en nuestra sección de comentarios!
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